Resulta que llevo toda la mañana desasosegada por un absurdo impulso consumista, cosa rara en este cuerpo prestado. No es que quiera comprar algo en concreto, sino que la malévola ansia de comprar lo que sea me está empujando con fuerza.
Por esta vez creo haberme salvado, pero la cuestión es consumir, comprar, dilapidar el dinero sin un motivo real… curioso y alarmante si esta situación se alarga, porque hoy ha sido posible atajarlo pero ¿quién asegura que de alargarse a mañana, pasado o al otro, seré capaz de sortear los deseos de obtener, adquirir, acaparar lo que en realidad ni necesito ni he deseado con suficiente fuerza hasta ahora?
Crucemos los dedos de manos y pies y mañana será otro día…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encantaría leer tus comentarios.