Calidad frente a cantidad

En estos tiempos que corren -como probablemente haya pasado siempre- las personas acostumbramos a decantarnos por la cantidad, más que por la calidad. Y no se trata de hablar de un concepto material ni pecuniario, sino de algo etéreo y libre: el amor.
Acostumbramos a ser capaces de amar en diferentes grados a un número siempre creciente de personas: ya sean merecedores o no de nuestra estima, ya hayan razones de una u otra índole. Por lo general, somos capaces de amar al por mayor, sin más.

Pero existen determinadas personas que no aman así. Depositan toda su estima sobre un determinado y pequeño número de personas. Se decantan por la calidad frente a la cantidad de la mayoría y son capaces de absolutamente todo, por sus seres queridos.
Son aquellas personas de las que hablan las novelas, los poemas y las leyendas, son apasionadas y emotivas. Su sentimiento, tan intenso e inquebrantable las hace atractivas y poderosas.