La vela se está consumiendo. Es una pena, una vela tan bonita, tan fiel, tan cariñosa. La quiero tanto. Pero todas las velas, cuando lucen tanto y nos alumbran tantos momentos, se acaban apagando, agotadas. Es su merecido descanso, aunque nos pese.
La preciosa vela luce medio apagada, tan sólo anhela calor y reposo. Atrás quedaron tantos días de intensidad alegre, de sentido del humor y risas. Ahora sólo paz, un mimo, una sonrisa. Pronto… un adiós a esa luz cálida y suave. Un beso para mi querida vela amiga.
Ya te añoro sin apagarte del todo, velita.
A Indy.
13.10.08
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encantaría leer tus comentarios.