Selecciona idioma

martes, 29 de noviembre de 2011

Merienda campestre

Merendar supuestamente es un acto cotidiano, sin mayor trascendencia que la de alimentarse a media tarde; sin embargo hay meriendas que pese a lo diminuto de su tamaño y al entorno precioso que las rodea, nos impresionan sobremanera.

Tal vez sea por el hecho de tratarse de un alimento fresco, fresquísimo.
Tal vez se trate de la proporción entre merienda y “merendador”.
O tal vez nuestro punto de vista desconectado de la naturaleza.

Sea como fuere, mi aversión a las arañas no ha menguado desde esa merienda campestre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encantaría leer tus comentarios.