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domingo, 17 de febrero de 2013

La paradoja de los quehaceres cumplidos

Cuanto más se hace, más se tiene por hacer. Es una paradoja cruel para aquellos que contaban con acabar lo pendiente y tumbarse a la bartola. Pero esta meta solo es posible alcanzarla cerrando los ojos a los quehaceres como hacen los niños pequeños, que pretenden así, hacerse invisibles. Sin embargo, lo que era sencillo en los primeros años de existencia, ahora se antoja casi casi como uno de los trabajos del pobre Hércules, pues un tal Pepito Grillo golpea sin descanso para que cumplamos con obligaciones, metas y recados. Y así es como se sigue, encadenados a la bola del hacer y más hacer. Por lo que, vosotros, que aún soñáis con hacer lo menos posible, tened cuidado y haced aún menos, o la paradoja espiral os engullirá como a los demás, a quienes solo nos resta la esperanza del descanso en el ojo del huracán, donde dicen los sabios que reside la calma.

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