Selecciona idioma

jueves, 16 de septiembre de 2010

Quejica, oui, c'est moi

—Hola, me llamo Nekane y soy una quejica. Pero llevo 15 minutos sin quejarme.
—Hola, Nekane —respondería amable el grupo.

El rostro es el espejo de mi alma constipada, deseosa de algo que me haga dejar de toser y estornudar.
Desde que me levanto y hasta que me vuelvo a levantar —24 horas después— toso una media de 0,2 veces por minuto. Llevo la cuenta.

Pero estoy cansada de oírme quejar. Debo acabar con esto, así que he decidido ir a la AIQA: Asociación Impensable de Quejicas Anónimos.

Hoy me he inscrito y ahora voy a participar en la que será mi primera sesión de terapia. ¡Qué nervios! ¿Seré capaz de presentarme tal y como soy pero sin quejarme? ¿Acaso la queja no forma ya parte de mi? ¡Glups! Hasta ahora no me lo había planteado así. ¿Estaré renegando de mi esencia cansina? ¿El karma no tendrá nada que decirme al respecto? Cielos, qué horror, como diría el viejo dibujo animado de los años 80… ¿era una hiena? Creo que sí. Pero CÉNTRATE, mujer, CÉNTRATE.
A lo que ibas: la AIQA y tus dudas al respecto.

¿No hubiera sido mejor plantearme estas dudas antes de inscribirme? ¿Incluso antes de entrar en el aula de terapia? Es que no sé pensar. Me duele la cabeza, la garganta, me duele hasta un pie. ¡Mier…coles! ¡Ya me he vuelto a quejar! Porque la queja interna cuenta como queja, ¿verdad? ¡Seguro que sí! Y ahora cómo me presento ante esta gente que como mínimo deberá de llevar un par de horas sin quejarse. ¡Qué vergüenza, Dios mío!
Ostras, otro estornudo, me duele la nariz de tanto sonarme. Creo que voy a dar una excusa y huir como la cobarde que soy.

¿Habrá alguna asociación de cobardes anónimos?


Julio-Septiembre 2010.

NOTA: Nekane equivale a Dolores, en euskera.